jueves, 27 de junio de 2013

El clero

Desde los años treinta del siglo XVIII comenzaron a expandirse los ideales de la ilustración. Hubo una difusión del “racionalismo y la nueva filosofía de la naturaleza en América, sobre todo gracias a los jesuitas”. La tarea de la educación en la Nueva España la llevaban a cabo los jesuitas, enseñaban a indios, criollos y peninsulares. Con la llegada de la ilustración hubo una serie de reformas en todos los niveles. Hubo cambios desde la educación primaria hasta la modificación de los planes de estudio en las universidades. Todo esto dio como resultado el surgimiento de una ilustración criolla, “… se concluye que este proceso fortaleció el antagonismo entre europeos y criollos y facilitó a éstos los instrumentos intelectuales para fundamentar su identidad frente a aquéllos sobre bases histórico-culturales, y que de esta manera lograron articular sus reivindicaciones políticas”.
Los jesuitas constituían una amenaza para la corona española. Tenían una economía sólida y un gran valor en la sociedad, para el rey esto significaba tener un estado dentro de su propio estado. Los jesuitas fueron expulsados de los territorios de la corona española –incluyendo los dominios ultramarinos- a través de la Pragmática Sanción de 1767 dictada por Carlos III el 2 de abril de 1767. Se introdujeron párrocos seculares, misioneros franciscanos, así como un nuevo obispo. Esto trajo como consecuencia un problema con los indígenas; cuando comenzaron a considerarlos como individuos, éstos aún no estaban preparados, ya que estaban acostumbrados a los cuidados que los jesuitas les brindaban.Con la expulsión de los jesuitas quedaron desamparados.

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